Pecados capitales en las empresas
Muchas veces las empresas o los trabajadores caen en prácticas que son dañinas para la estructura organizacional, ya que no solo atrasan los procesos, sino que también generan desmotivación en quienes conforman la compañía.
Nadie, como seres humanos que somos, puede decir que está libre de estas tentaciones y las empresas como creaciones humanas y formadas por personas pueden tener tendencia a cometer acciones de este tipo. Puede parecer un poco anticuado, pero hay que reconocer que, aunque más sofisticas las pasiones humanas siguen siendo las mismas.
1. LA SOBERBIA:
Actualmente valoramos el amor propio como algo positivo. No puede relacionarse bien con los demás quien no se relaciona bien consigo mismo. En el ámbito empresarial esto es muy importante. Hay que tener espíritu de empresa, un corporativismo que nos conduzca a trabajar en equipo de forma eficiente, “sentir los colores” de la organización y estar orgullosos de pertenecer a ella y de los logros que se consiguen. El problema aparece cuando la estructura anula la objetividad. La soberbia lleva a la empresa a creerse mejor que las demás por el mero hecho de ser ella misma, sin tener que demostrar nada más que su nombre.
2. LA IRA:
¿Quién no se ha enfadado nunca? Enfadarse es malo, pero solo a medias. También marca límites. puesto que nos enfadamos cuando alguien traspasa nuestras líneas rojas, nuestros valores. La ira desmedida nos hace perder la racionalidad en las reacciones y puede hacer que sean desproporcionadas, esto es realmente peligroso.
3. AVARICIA:
La avaricia es ese afán desmedido por los bienes materiales. Literariamente es un pecado que da mucho juego humorístico, lo malo de la avaricia es que no permite disfrutar de los logros adquiridos, puesto que estos siempre son pocos. Se desean más y más con el afán de que ya llegará el momento de disfrutarlos cuando “haya suficiente”. Pero ese momento nunca llega y se vive de forma miserable hasta que llega alguien más listo y se lleva todo lo acumulado. Una empresa así se transforma en un ambiente triste y opresor porque se vive con miedo de perder lo que tanto trabajo ha costado conseguir.
4. ENVIDIA:
A una empresa la envidia la puede paralizar. Un equipo humano no puede funcionar sin la colaboración necesaria. Y la envidia no permite que se trabaje en conjunto. En un ambiente así el éxito de los demás es considerado como un fracaso personal. Una persona envidiosa no ayuda a crear ambiente. Y lo peor de todo, la envidia es un gran impedimento para el crecimiento personal, ya que el individuo está más pendiente de los éxitos de los demás que de los propios.