Tipos De Clientes

Tipos De Clientes

Las empresas cada día deben dedicar más recursos y tiempo para:

  • Tener un mayor conocimiento de sus clientes.
  • Brindar una mejor ayuda y nivel de satisfacción del cliente.
  • Lograr mantener una relación de largo plazo, haciéndola más continúa, más empática y con mayor nivel de familiaridad.

Las empresas les dan mucha importancia a los distintos tipos de clientes, su interés se manifiesta no sólo por lo que representa para el negocio su próxima compra, sino que cuanto más complacido esté, el cliente se convierte en un emisor de opinión positiva sobre nuestra marca o producto. El mejor mensaje de comunicación que puede tener un producto es la opinión de un cliente satisfecho.


1. CLIENTE DESCONFIADO:

De entrada, todos somos clientes desconfiados. Y es normal. Entre todos los tipos de clientes, el desconfiado es aquel que no se fía de tu empresa y que, por lo tanto, antes de realizar una compra te va a avasallar a base de preguntas. Da por supuesto que será el tipo de cliente que relativice cualquier recomendación que le hagas, así que ¿Cómo tratar con él? Respondiendo a todas sus imprecaciones de la forma más adecuada, convincente y clara posible, usando siempre datos de gran precisión. Si eso no funciona, prueba poniendo sobre la mesa testimonios de otros casos similares al suyo. Seguro que así te lo acabas de ganar.

2. CLIENTE EXIGENTE:

Un cliente exigente no es un cliente agresivo (esta otra tipología ya la veremos más adelante). Es, sin embargo, un cliente que exige algo dentro de los límites de la lógica. La mejor forma de tratar con ellos, por lo tanto, será escucharlos, sopesar sus exigencias y hacerles entender si son posibles o no. Porque, sinceramente, que su exigencia sea lógica no tiene por qué significar que puedas o debas asumirla.

3. CLIENTE IMPACIENTE:

El cliente impaciente vendría a ser un cliente exigente con prisas. Dicho de otra forma: es aquel que cree que es prioritario por encima del resto de tipos de clientes y que, por lo tanto, ostenta ciertos privilegios. Es por eso mismo por lo que, en este caso en concreto, resulta del todo imprescindible evitar el enfrentamiento y agasajarlos a base de información para hacerles entender que, aunque claro que le consideras un cliente especial, no está de tu mano saltarte las reglas.

4. CLIENTE AGRESIVO:

No entremos en juicios innecesarios: los clientes agresivos en perpetuo mal humor existen y, más que hacer negocios contigo, parece que quieran discutir por discutir. Y punto. Incluso saltándose los límites del insulto. ¿Qué hacer con este escollo entre los tipos de clientes? Sin rebajarte a su nivel, obviamente. Ármate de paciencia y usa el respeto hasta desgastar su beligerancia y, a partir de ahí, con un poco de suerte, podrás entablar una conversación a nivel humano y no a nivel demoníaco.

5. CLIENTES POTENCIALES:

Son los posibles nuevos clientes que podrían tener la intención y la capacidad adquisitiva para adquirir nuestros productos. Los clientes potenciales les permiten a las empresas desarrollarse y crecer. El cliente potencial debe tener un perfil adecuado, un conveniente poder adquisitivo, una necesidad real o cualquier otro factor. Son algunas de las características que buscan las empresas para poderlos considerar como posibles candidatos para ser incorporados a la empresa. Pueden ser determinantes para proyectar el futuro del negocio.

El trato con los clientes potenciales debe variar en función del tipo de cliente del que se trate. Con los clientes potenciales quizás la mejor forma trabajarlos es que tengan una visión de la empresa más enfocada a resolver sus problemas que a venderle algo. Los clientes potenciales reciben multitud de propuestas, pero sólo comprarán aquella que perciban que les va a satisfacer una necesidad.