La Impuntualidad Del Personal Es Una Problemática Para Tu Empresa
Cuando esta situación es un hábito identificado en la persona, esta proyecta una imagen de desorganización, falta de seriedad y respeto con el tiempo de los demás, pues ese incumplimiento tiene efectos colaterales en la productividad de otras personas.
Expertos recomiendan buscar planes de acción para cambiar este hábito que impide el desarrollo efectivo de las labores diarias y crea una percepción negativa del empleado.
1. ¿POR QUÉ LA IMPUNTUALIDAD ES UNA PROBLEMÁTICA LABORAL?
La puntualidad es sinónimo de responsabilidad; compromiso con la labor; dedicación e interés por el trabajo. Por esa razón, su contraria: la impuntualidad, debe ser atendida como una problemática laboral; precisamente, porque genera todo lo contrario: inconvenientes y pérdidas para la empresa. Sin embargo; luchar contra la impuntualidad puede convertirse en una verdadera batalla. Aunque es necesario darla, para acabar con ella y con las consecuentes fugas de dinero.
2. CREA UNA MALA IMAGEN CORPORATIVA:
La impuntualidad laboral genera un halo de negatividad que además de afectar a quien la produce, también alcanza a toda la organización. Imagina por un momento que estés reunido con un cliente, pero ambos deban esperar por un compañero de tu organización. Al final, quedarán mal los dos.
3. DESMOTIVA:
Seamos honestos: nadie quiere trabajar en un lugar o con alguien que nunca tenga el esmero de llegar a tiempo a ningún sitio. La impuntualidad en el trabajo genera desconfianza y alimenta el desinterés de las demás personas en crear proyectos con quien o quienes tienen este comportamiento.
4. DAÑA LA BUENA COMUNICACIÓN EN LA EMPRESA:
La impuntualidad en el trabajo puede deteriorar el buen entendimiento dentro de las organizaciones. Ser irresponsable afecta la calidad del trabajo que se entrega, puesto que, al llegar tarde, se pierden las instrucciones dadas, lo que genera retrasos y malos entendidos.
5. PRODUCTIVIDAD:
Por ejemplo, en una reunión de trabajo la falta de puntualidad, aparte de las tensiones que provoca, puede provocar retrasos acumulados y en cadena. Es el ejemplo de la impuntualidad de los jefes a determinadas reuniones que puede ocasionar retrasos en cadena, atascos, pérdidas de ritmo y paradas que se extiendan en toda la estructura jerárquica de la empresa. La falta de sincronización horaria y las esperas y retrasos pueden provocar pérdidas relevantes de productividad si este tipo de costumbres se hacen crónicas en los hábitos de la empresa.
6. CULTURA DE LA EMPRESA:
Lo peor que puede suceder es que al final la impuntualidad pase a formar parte de la cultura de la empresa en cuestión, asimilándola y aprendiendo a convivir con ella con resignación y paciencia. En algunos casos esto favorece la creación de una cultura del retraso en todo un país.
7. SE PIERDE LA COORDINACIÓN:
El objetivo de la puntualidad en el trabajo es crear una sincronía entre todos los empleados. Y con esto me refiero a llevar todo un mismo ritmo, porque, a fin de cuentas, una organización es un ente que vive y, por tanto; es inconcebible pensarle como un robot inmenso, como se les veía en la era industrial.