Un asesor o consultor de empresas es un profesional independiente o perteneciente a una empresa consultora que brinda asesoramiento a emprendedores, empresarios o empresas en distintos temas de negocio. Su objetivo es decirnos qué hacer, cómo y a cuándo y en algunas ocasiones hacer parte del proceso directamente. Los momentos más comunes en los que se acude a un consultor son: cuando se quiere iniciar un nuevo negocio, incursionar en un nuevo mercado, mejorar la eficiencia de los procesos empresariales o cuando las ventas de la empresa hayan disminuido notoriamente y se necesita la causa y solución de esas pérdidas.
No está demás decir que se debe tener presente que el beneficio se pueda obtener gracias al asesor debe superar significativamente el valor de sus servicios. Si consideras que tu empresa requiere de una especialista toma en cuenta su formación académica, su experiencia, la cartera de clientes con la que ha trabajado, las referencias, su reputación, su nivel de compromiso, si genera o no confianza en ti y el costo de su servicio si están acordes con el promedio del mercado.
1. Efectúa Un Análisis Y Estudio De Tu Empresa:
Lo primero que hace un consultor es un diagnóstico para identificar los factores y aspectos que integran tu organización o un área determinada de ésta. En el primer caso se trataría de una consultoría integral. Mediante conversaciones y reuniones, con directivos y trabajadores, el consultor observa y toma nota de las relaciones entre los miembros de la empresa y los procesos que se utilizan en ella para llevar a cabo su operación. También analiza aspectos de su funcionamiento como horarios, hábitos, normativas y condiciones de los lugares de trabajo entre muchos otros aspectos.
2. Investiga Los Problemas:
Una vez que ha identificado las situaciones problemáticas, el consultor investiga en profundidad qué lo ocasiona. Podría tratarse de factores que no permiten el crecimiento o que están generando pérdidas, así como cualquier otro elemento que se requiere corregir. En otros casos, puede tratarse más bien de sumar valor en vez de que exista algo que debe ser corregido. Para realizar este análisis se apoya generalmente en herramientas como el DAFO, que ayudan a identificar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que posee actualmente la empresa respecto a sus competidores.
3. Plantear Una Estrategia A Seguir:
El consultor propondrá una estrategia ante los problemas o debilidades encontrados o acerca de cómo potenciar un área en específico. Esto implica diseñar objetivos reales, alcanzables y cuantificables. Tomando en cuenta la información arrojada por el análisis ofrecerá propuestas para potenciar las fortalezas y oportunidades, así como mitigar las debilidades y amenazas. Es ella la que toma finalmente la decisión de llevar a cabo el plan de negocios conforme a lo señalado y conversado. También depende de ella seguirlo y comprometerse con su puesta en marcha.
4. Ejecución Del Plan:
Al llegar la hora de ejecutar el plan de negocios trazado, el consultor se convierte más bien en un orientador o guía que le da a la empresa el empujón que necesita para iniciar el cambio. La consultoría se caracteriza por acelerar la implementación de cambios y que éstos puedan manifestarse más rápido y con menos coste para la organización.
En este sentido, el consultor vela por identificar nuevos y mejores recursos para ponerlos en práctica, modificar malos hábitos y aplicar herramientas o recursos adecuados. En esta etapa del proceso, el consultor trabaja hombro a hombro con la empresa y asume responsabilidades para implementar el cambio.
Quizás se requieran nuevos empleados o realizar cambios en alguna área de la organización. Estas acciones serán apoyadas por el consultor con creatividad y proactividad, asegurándose de mantener el optimismo y los ánimos arriba.