
Estrategias Para Manejar Conflictos En El Trabajo
Los conflictos nunca son agradables para nadie, pero, si tú eres capaz de gestionarlos adecuadamente, las ventajas de un conflicto bien resuelto son enormes. Existen muchas formas de abordar este tipo de situaciones y las seis estrategias que se presentan a continuación te ayudarán a estar preparado y a dedicar menos tiempo y esfuerzo a la hora de hacerlo.
1. Olvídate De Ganar O De Estar En Lo Cierto:
La única victoria, cuando se trata de lidiar con conflictos en el trabajo, es mutua, lo que resulta en una baja de tensión, nuevos puntos de encuentro y resolución de problemas. Ver a la persona (o equipo) al otro lado del conflicto como el oponente condenará a ambas partes a seguir siendo adversarios, y socava las siguientes técnicas de resolución de conflictos que aumentan la posibilidad de un resultado mutuamente beneficioso.
2. Desarmar La Oposición:
A veces, es posible que la otra persona tenga algún problema legítimo contigo (por ejemplo, que hayas incumplido alguna norma). Si niegas la realidad y no prestas atenciones a esto, la otra persona se enfadará y el problema seguirá ahí. Al reconocer que tu interlocutor tiene razón, estarás en el camino de resolver la situación. La forma de abordar esto es sorprender a la otra parte, que esperará que tú niegues lo que tienes en tu contra. Admítelo y no des más explicaciones. Esta técnica es muy útil, pero no abuses de ella, ya que, si tu comportamiento se vuelve predecible, estarás perdiendo efectividad.
3. Descubre Tus Emociones Antes De La Reunión:
Somos humanos; Imperfectos, y muchas veces irracionales. Dar un paso atrás para descubrir cómo nos sentimos realmente es una de las mejores cosas que uno puede hacer antes de llegar a una solución de conflictos en el trabajo. Es una de las técnicas de resolución de conflictos más sencillas, ya que puedes realizar este paso por tu cuenta, aunque puede que no te haga daño hablar con un amigo ajeno a la situación.
Ponerles nombre a tus emociones te ayuda a llegar a la causa principal. Puedes sentirte enojado, molesto, tal vez incluso traicionado, pero ¿Qué hay en el centro de esos sentimientos? Puedes sentirte enojado porque los aspectos clave de una decisión no te fueron comunicados, a ti o a tu equipo, o no se comunicaron en el momento adecuado, por lo que puedes sentirte decepcionado de que se te haya hecho a un lado. Esto te brinda un ejemplo tangible, así como una emoción con la cual puedes identificarte, para ayudarte en tu comunicación y llegar a la causa principal de un conflicto.
4. Apelar A Una Tercera Parte Con Autoridad:
A veces un acercamiento suave a los problemas no da resultado. Es posible que la otra persona no quiera comprometerse o encontrar una solución al conflicto con la que todos salgan ganando. Puede que quiera emplear cierto poder para resolverlo, por lo que, en tal caso, tú deberás hacer lo mismo. Esta táctica sólo debe emplearse cuando ganar es imprescindible, porque es seguro que dará lugar a malestar. Un ejemplo de apelación a una tercera parte con autoridad o poder es una disputa laboral en la que hay que acudir a un sindicato o a una autoridad judicial. Esta parte ajena a la discusión impondrá una solución que, con toda probabilidad, no va a satisfacer a ninguna de las dos partes.
5. Reunirse Cara A Cara:
Muchos introvertidos pueden temblar ante esto, y es comprensible. Tratar con el conflicto en persona puede ser bastante difícil, y viene con algunas advertencias, pero aun así es increíblemente importante para apoyar otras técnicas o dinámicas para la resolución de conflictos en el trabajo.
6. Interpretar La Jugada De La Otra Parte:
¿Cómo manejar las maniobras que tu interlocutor lleva a cabo? Una manera de hacerlo es colocar a la otra persona ante la interpretación que tú haces de lo que está ocurriendo. Esta táctica consiste en hacerle ver que tú eres consciente de los movimientos que estás observando. La otra persona probablemente se sentirá algo aturdida y tratará de negar lo que está haciendo. En ese punto, simplemente repite lo mismo que te ha dicho en un tono lo más profesional posible. Si el comportamiento se repite, ve hacia la persona, mírala a los ojos, dile que sabes lo que está haciendo y pídele que deje de hacerlo.