¿Cómo Fomentar Una Cultura De Aprendizaje En Tu Empresa?
Lograr en nuestro equipo nuevas competencias, de forma constante, nos lleva a hablar de una organización con cultura de aprendizaje. De esta forma nuestra organización, del tipo que sea, podrá innovar de manera continua.
El mayor valor de cualquier empresa es el potencial de su equipo. Por lo tanto, centrarse en construir una cultura que les motive a ampliar este potencial, a aprender más y a mejorar sus capacidades como profesionales es una de las decisiones más inteligentes que podrías tomar. Para hacerlo basta con orientar la filosofía, la metodología y los ideales de la empresa hacia una cultura donde el aprendizaje sea protagonista, ¿quieres saber cómo?
1. ANALIZA LA SITUACIÓN DE PARTIDA:
El primer paso es identificar el punto de inicio en cuanto a necesidades formativas y a retos a los que la empresa se enfrenta a corto y medio plazo. Tecnologías emergentes como la robótica o la inteligencia artificial, habilidades clave como la capacidad de aprendizaje, uso de nuevas herramientas que aumenten la productividad… En la actualidad, hay una tendencia creciente a utilizar herramientas de monitorización en tiempo real, que permiten dar una respuesta rápida a las necesidades de los clientes. En esta fase es importante definir los objetivos de la formación y establecer métricas con las que evaluar los resultados.
2. CONTAR CON AMBIENTE PROPICIO ES ESENCIAL:
Es claro que cada empresa es responsable de definir su propia estrategia. Inclusive, puede crear una plataforma propia para fomentar la formación interna, según sus necesidades. Esto demanda un ambiente que estimule y desarrolle el talento de todos los miembros que forman parte de ella. En un ambiente de este tipo, es posible que cada persona sea responsable de gestionar su propio aprendizaje. Para ello, la empresa debe facilitar los recursos y soportes idóneos. Así, los programas de formación estarán 100 % accesibles.
3. PREPARA A TU EQUIPO PARA EL APRENDIZAJE:
La capacidad de «aprender a aprender» es una de las habilidades más demandadas. La rapidez con la que surgen los cambios, ha convertido a los trabajadores actuales en aprendices de por vida. Esta capacidad implica tomar conciencia de cómo el cerebro procesa la información, saber utilizar herramientas y recursos para acelerar el aprendizaje, y ser capaz de continuar aprendiendo de forma más eficiente y autónoma.
4. NUEVAS PRÁCTICAS:
Hasta hace uno pocos años, las empresas valoraban en los candidatos los títulos y conocimientos académicos concretos. En la actualidad, resulta más atractivo el deseo y la capacidad para aprender nuevas habilidades. No solo técnicas, sino también habilidades blandas o “soft skills”. La importancia del desarrollo de nuevas habilidades se puede constatar por las empresas más grandes del mundo. Estas han optado por la búsqueda de una cultura de aprendizaje interna que permita a desafiar los límites del equipo. Para así expandir día a día su formación.
5. CREA UNA ESTRATEGIA APOYADA EN 3 PILARES:
Para que lo aprendido se convierta en un hábito, la formación tradicional, creada en torno a programas cerrados, ha de evolucionar hacia programas de enseñanza más abiertos y flexibles, apoyados en tres tipos de aprendizaje:
- Formal: Encaminado a adquirir conocimientos sobre un tema específico, respondiendo a unos objetivos didácticos.
- Experiencial: Donde los empleados ponen en práctica lo aprendido en su día a día, fomentando el autoaprendizaje y la mejora continua.
- Social: En el que los equipos colaboran e intercambian conocimientos, enriqueciendo el proceso de aprendizaje.
6. EVALÚA LOS RESULTADOS:
Para medir el grado de adecuación entre los objetivos definidos y los resultados obtenidos, es importante evaluar periódicamente el impacto que está teniendo la formación en la organización. Solo así podremos conocer el nivel de compromiso y satisfacción de los empleados con su aprendizaje, establecer vías de mejora, y anticiparnos a las necesidades futuras.