Las largas jornadas de trabajo pueden generar dolores y molestias en músculos, tendones y articulaciones. Dichas dolencias se producen tanto por realizar esfuerzo físico, movimientos repetitivos, posturas sostenidas o por pasar mucho tiempo de pie o sentado.
Por eso es importante realizar pausas activas, es decir, actividades físicas o ejercicios cortos que alivian la fatiga física y mental durante breves espacios de tiempo mientras transcurre la jornada de trabajo, con el objetivo de recuperar energía, prevenir el estrés laboral, mejorar la oxigenación muscular, interrumpir la monotonía y fortalecer los sistemas inmunológico y nervioso, además de los músculos.
1. Disminuye El Estrés:
Al romper unos minutos con la rutina laboral nos ayuda a gestionar los altos niveles de estrés y ansiedad, se da un descanso mental, se recarga energía y se libera la carga laboral.
2. Favorece El Cambio De Posturas:
Estar mucho tiempo en la misma posición, y más si no es en la posición correcta, puede afectar poco a poco nuestros músculos. Con tan solo hacer algunos estiramientos se mejora tanto la postura como el estado de nuestros músculos.
3. Favorece La Capacidad De Concentración:
La atención no está diseñada para mantenerse fija durante mucho tiempo en la misma actividad. Las pausas fomentan el descanso de la mente unos minutos para después volver a las tareas, de esta forma se aprovecha mejor el tiempo activo y sé es más productivo.
4. Mejor Autoestima Y Calidad De Vida:
Se promueve una cultura de bienestar y calidad de vida entre los colaboradores ya que las pausas influyen en la autoestima de manera satisfactoria, motivando y dejando atrás la monotonía.
5. Motiva Y Mejora Las Relaciones Sociales:
Este espacio se puede aprovechar para fortalecer las relaciones entre los equipos de trabajo y planear actividades en conjunto donde se promueva la integración social.
¿Con Qué Frecuencia Deben Realizarse?
Son recomendables períodos de 5 minutos de pausas activas cada dos horas de trabajo, mínimo 2 veces al día.Lo ideal es hacerlos en la mañana o antes de empezar el turno como calentamiento muscular que prepara el cuerpo para la jornada laboral y la segunda vez puede ser a mitad de jornada o final de ésta con el objetivo de relajar o estirar los músculos fatigados.