¿Qué Es La Personalidad Inmadura?

¿Qué Es La Personalidad Inmadura?

Cuando un individuo pasa a ser adulto, sus comportamientos infantiles desaparecen y la persona se vuelve más madura en todos los sentidos. Esto es en realidad una de las características fundamentales del desarrollo humano.
A medida que crecemos nuestra forma de interpretar y por tanto manejar la vida cambia por completo. Durante el curso de este desarrollo, habrá momentos en los que nos sentiremos emocionalmente angustiados. Estas perturbaciones emocionales se encuentran en su nivel más alto en los años de adolescencia. La mayoría de las personas evolucionan con la capacidad de hacer frente a todos estos factores emocionales. Como resultado, se vuelven capaces de asumir responsabilidades de adultos. Ellos aprenden cómo manejar los problemas en su vida. Algunas personas, sin embargo, no serán capaces de hacer frente a las dificultades de la vida, no adquieren la capacidad de afrontar y superar los obstáculos y continúan exhibiendo comportamientos claramente infantiles.
Evitar responsabilidades académicas o laborales. Faltar al trabajo, negarse a buscar trabajo o no cumplir con sus tareas laborales son indicadores de que la persona no cuenta con madurez suficiente para afrontar su vida laboral.
Engañar en sus relaciones afectivas. Mentir a la pareja o a los amigos es una señal de inmadurez psicológica dado que la persona está evitando mirar la realidad y expresar lo que siente en estas relaciones.
Miedo al compromiso. Si una persona sistemáticamente se aleja de sus relaciones cada vez que alcanzan un mayor grado de compromiso es una señal de que tiene dificultades para compartir una intimidad afectiva y un compromiso con alguien. Estos son indicadores de una personalidad inmadura.
Locus de control externo. Una persona que tiene un locus de control externo es una persona que culpa a su entorno de lo que le ocurre en la vida. Es decir, no asume la responsabilidad de sus actos. Es un claro indicador de personalidad inmadura.
Actitudes regresivas en la familia. Hablamos de actitudes regresivas cuando una persona adulta se comporta de la misma forma que cuando era un niño o un adolescente. Buscar cobijo emocional en su madre porque está triste y agobiado por el trabajo o cogerse una rabieta por algo que le ha salido y aislarse en casa son ejemplos de actitudes regresivas. A veces es normal adoptar ciertos comportamientos regresivos para posteriormente afrontar nuestros problemas. Pero si estas actitudes son habituales y mantenidas en el tiempo, podemos decir que es un indicador de personalidad inmadura.
Evitar los conflictos. Una persona inmadura puede encontrar miles de formas para evitar los conflictos (alejarse de personas, hacer como si no ha pasado nada, dejar el trabajo, no parar de hacer cosas durante el día para distraerse, culparse por “ser así”, etc.). La evitación de los conflictos es una de las señales más evidentes de inmadurez psicológica.