Hace unos años el concepto de desmotivación laboral nos haría pensar únicamente en los trabajadores. Hoy en día, es un aspecto que preocupa tanto a las empresas como a sus empleados.
Las compañías son conscientes del efecto negativo que tiene en la productividad contar con una plantilla desmotivada. Los signos de esta falta de motivación (más cansancio, peor carácter con los compañeros, bajo rendimiento…) no siempre son detectables a corto plazo, pero es evidente que afectará a la productividad individual y colectiva. Por este motivo las entidades se han propuesto cuidar tanto el talento como las emociones que le rodean.
1. Monotonía:
A menudo nos encontramos con trabajadores que llevan años llevando a cabo las mismas actividades, en el mismo puesto de trabajo, sin nada nuevo que llevar a cabo y sin expectativas de progreso. La monotonía hace que el empleado se vea estancado y coarta la creatividad y las expectativas.
2. Logros Que Pasan Desapercibidos:
Alcanzar un objetivo no siempre es suficiente motivación, en ocasiones debe acompañarse de una felicitación o compensación añadida. Casi 1 de cada 5 empleados sienten que sus buenos resultados no son valorados. Las empresas deben apreciar el trabajo de su plantilla mirándolo con perspectiva. Es decir, para solventar este problema y recompensarlespodrán actuar sobre múltiples condiciones laborales: mayor comunicación, poder de decisión, flexibilidad en el horario, remuneración, facilidades de transporte y/o comida, etc.
3. Ambiente Laboral:
El ambiente en el trabajo no solamente lo conforman los empleados, sino que el entorno físico cobra especial relevancia. Las emociones se contagian y por eso es fundamental crear espacios positivos donde las personas desarrollen sus tareas cómodamente, generando mejores resultados. Existen muchas maneras de mejorar el ambiente laboral en la empresa, y de hecho, la mayoría son sencillas y tienen un bajo coste.
4. Desajuste Entre Las Perspectivas Y La Realidad:
Otro gran grupo de empleados desmotivados lo achacan a una falta de desafíos laborales. Por culpa de la crisis, muchas empresas han tenido que reestructurarse. Muchos empleados han tenido que asumir tareas de diferentes rangos o se han visto superados por competencias antes desconocidas (multitasking, nuevas tecnologías, comunicación, etc.). En muchas ocasiones son los propios profesionales los que tienen en su mano revertir una situación negativa. Una actitud proactiva y una predisposición abierta mejorará el ánimo con el que se acude al puesto de trabajo.
5. Salario Bajo:
Aunque es cierto que cada vez más nos fijamos en factores distintos al sueldo, para permanecer en una empresa, lo cierto es que la retribución económica sigue siendo fuente de motivación laboral. Cuando se es nuevo en un lugar de trabajo, es posible que aceptemos más por un sueldo no demasiado elevado, pero a medida que va pasando el tiempo al empleado le empieza a resultar injusto tener que dar tanto por tan poco y descuida o no muestra el mismo nivel de responsabilidad por el trabajo.
6. Mala Comunicación:
Uno de cada diez empleados ve limitadas sus posibilidades de ascenso, mientras que un 5% se siente incapacitado para aportar nuevas ideas. Muchas soluciones pasan por mejorar y facilitar la comunicación interna. Las empresas del futuro avanzan hacia jerarquías más horizontales donde todas las opiniones cuentan para sumar. Hay que evolucionar los canales comunicativos verticales, porque frustran y limitan las expectativas de los trabajadores. Además, los líderes tienen que tener empatía y transmitir motivación entre sus compañeros. Deben ser los primeros en asumir los fracasos y compartir los éxitos.