Entender los tipos de clientes que existen marcan la diferencia cuando se trata de vender, ya sea en comercio electrónico o minorista físico. Si quieres saber qué son y cómo tratarlas, este artículo es para ti. Lo cierto es que los consumidores son cada vez más exigentes. En la práctica, esto se refleja en varias cuestiones, como la necesidad de que las empresas brinden un servicio de calidad, por ejemplo.
¿Qué hacer para complacer y atender a cada tipo de cliente de la mejor manera posible? A lo largo de este artículo, explicaremos cuáles son los principales tipos de clientes para que puedas tratarlos siempre mejor.
1. Prospectos:
No es estrictamente uno de los tipos de clientes que existen, sino más bien “los que todavía no existen”. Los prospectos son todas aquellas figuras que todavía no han comprado ningún producto ni se han interesado en las soluciones comercializadas (aún no han interactuado con la marca). Dado que los prospectos conforman el grueso del público objetivo que todavía no ha dado el siguiente paso en su intención de compra, la forma de dirigirse a ellos consiste en generar progresivamente una conciencia de marca.
2. Interesados:
Los interesados todavía no son clientes, al igual que los prospectos, pero su decisión de compra está algo más avanzada. Se encuentran en el punto inmediatamente previo al de efectuar la compra y convertirse en clientes reales. Dado que los interesados están próximos a convertirse en clientes y solo necesitan un pequeño empujón, lo suyo sería incentivarles con campañas de email marketing que incluyan, bien contenidos de alta calidad.
3. Compradores:
Los compradores destacan entre los tipos de clientes para una empresa, ya que representan el primer nivel de relación efectiva con la marca. El comprador es aquel cliente que ya ha interactuado a nivel operacional, aunque todavía no se haya desarrollado su compromiso. Lo que necesitan los compradores para pasar al siguiente nivel es una campaña de fidelización mediante la que se consiga aumentar su nivel de confianza, el cual se traducirá en nuevas compras y mayor recurrencia.
4. Clientes:
El cliente, como tal, es un comprador recurrente (con una frecuencia mayor o menor). Se diferencia del comprador en que su relación con la marca no es ocasional. Esto tampoco quiere decir que, por ser cliente, ya se sea leal a la marca: las decisiones de compra que les han ubicado en este escalón han podido responder a factores eventuales, por lo que la mejor forma de dirigirse a ellos es mejorando su experiencia de cliente.
5. Leales:
Por último, este grupo está formado por todos los clientes que compran con cierta frecuencia y que, además, están comprometidos con la marca, la cual siempre constituye su primera opción y que no dudan en recomendar. Los clientes leales son, sin duda alguna, el mejor tipo de clientes. Este colectivo ha de ser abordado desde la perspectiva de la fidelización, poniendo en juego ofertas y contenidos personalizados que sirvan como estímulo para su lealtad. Para esto, el email marketing nos puede venir de perlas.