¿Cuántas veces has esperado con ansias la llegada de la quincena, algún bono o dinero extra y, una vez que lo recibes, sientes que lo gastaste muy rápido y no supiste sacarle provecho? Aunque no lo creas es muy común que esto ocurra, pero es posible cambiar esta realidad.
No necesitas ser un gran experto con los números para poder administrar de una mejor forma tus ingresos. Debes modificar tu forma de relacionarte con el dinero, aprender a controlar tus gastos y reconocerte como inversionista de tu propio capital.
1. Nunca Gastes Más De Lo Que Ganas:
Para administrar tu dinero de la manera correcta debes cumplir ciertas reglas de oro. Nunca gastar más de lo que ganas es una de ellas. Si quieres evitar gastar más de lo que ganas, es necesario que seas muy organizado a la hora administrar tu dinero, y eso sólo lo puedes lograr si estableces un presupuesto. Con base a tus ganancias mensuales, haz un presupuesto que no arroje números rojos. Lo ideal es que gastes menos de un 90 por ciento de tus ingresos. De esa manera, podrás ahorrar dinero que en el futuro cercano podrás invertir en cosas realmente importantes, como tu educación. Recuerda, los ahorros no se gastan, ¡se invierten!
2. Fija Metas Financieras:
Aplica la estrategia de plantearte objetivos financieros a corto, mediano y largo plazo. Administra tu dinero con una meta clara y realista para que puedas destinar todo tu esfuerzo a lograrla. Algunos ejemplos de estas metas son: ahorrar para comprar una casa, irte de viaje en vacaciones o invertir en educación. Para comenzar, puedes fijarte primero el objetivo de reunir un monto pequeño y, una vez que lo alcances, aumentar la cifra sucesivamente. Así sentirás que vas logrando tus metas poco a poco, y evitas la frustración que surge de plantearse objetivos muy lejanos.
3. Reduce Los Gastos En Recreación:
¿Reducir los gastos en recreación significa que debes dejar de divertirte? ¡Para nada! Tener diversión no es sinónimo de gastar una gran cantidad de dinero. Por eso, debes encontrar actividades entretenidas que, a la vez, te ayuden a administrar tu dinero de una manera inteligente. Por ejemplo, si eres amante del séptimo arte, posiblemente gastes dinero semanalmente en visitas al cine. En ese caso, podrías ahorrar un poco si en algunas ocasiones optas por ver películas en casa. Las actividades al aire libre también suelen resultar más económicas que visitar lugares como parques de diversiones y locales nocturnos.
4. Adiós Deudas:
Si tienes deudas y quieres mejorar tus finanzas, lo primero que debes hacer es dejar de seguir gastando más de lo que puedes pagar. La próxima vez que estés ante una tentación de gasto, la forma de saber si verdaderamente es una oportunidad para aprovechar es preguntarte: ¿estoy seguro de que puedo pagarlo luego? Segundo, evita a toda costa la deuda que involucren caprichos, compras impulsivas o gastos innecesarios, porque nunca te traerán nada positivo. Saber exactamente cuánto ganas te ayudará a determinar la cantidad de dinero que tienes. Lleva un registro de tu sueldo, las propinas, los bonos que recibes, los incentivos o algún otro ingreso adicional. Una vez que tengas toda esa información, determina qué deuda saldar primero.
5. Sólo Compra Cosas Que Vayas A Utilizar:
Si quieres administrar tu dinero de la manera correcta, ¡no vuelvas a comprar por impulso! Puede que te encuentres en una tienda por departamentos y, de repente, te topes con unos llamativos patines que están en oferta. Antes de comprarlos, pregúntate si realmente los vas a usar. Gastar en artículos que no vayas a utilizar es una muy mala idea, aunque parezca una buena oferta. Otra de las reglas que debes cumplir si quieres administrar tu dinero de forma adecuada es sólo comprar lo que realmente vayas a utilizar.
6. Ten Cuidado Con La Tarjeta De Crédito:
Si quieres administrar tu dinero con conciencia y tener el control de tus finanzas, es necesario que seas prudente al usar la tarjeta de crédito. Pagar de contado o usar solamente la tarjeta de débito es la mejor opción, porque así solo dispones del dinero que tienes en el momento y evitas endeudarte. Cuando compras a crédito solo estás postergando la obligación de pagar, y si no eres consciente, te sometes a unos intereses que tal vez no puedas cubrir en el corto plazo y en la fecha estimada.