La ética profesional se define como un conjunto de normas y valores morales que los profesionales de un determinado sector deben respetar durante el ejercicio de su profesión. Se traduce en una serie de comportamientos y pautas de actuación encaminadas a fomentar las buenas prácticas laborales y la armonía social. Entre estos principios éticos están la responsabilidad, el respeto, la diligencia, la constancia, la puntualidad, la justicia o la honestidad. Es habitual que los distintos sectores profesionales recojan estos principios en un código deontológico que incluya los criterios que deben ser puestos en práctica en el ejercicio de su profesión. Por ejemplo, existe un código deontológico para profesionales de la salud, para periodistas, para abogados, etc.
Al desempeñar una actividad profesional es imprescindible actuar bajo una serie de normas y premisas éticas y morales que garanticen la diligencia en el ejercicio de dicha profesión. Es lo que se conoce como ética profesional. En este artículo vemos en qué consiste y por qué es tan importante para el cumplimiento normativo en las empresas.
1. El Secreto Profesional:
Los profesionales médicos, legales y psicológicos están obligados profesionalmente a ser discretos, ya que tienen acceso a información sensible y personal de sus clientes. Por esa razón, lo que estos profesionales hablen con sus clientes durante el ejercicio de sus labores está amparado por el secreto profesional y nadie más puede saberlo (excepto si rompe la ley o se pone en peligro a terceros). Un profesional que divulgue dichos secretos o se aproveche de ellos está, por ende, siendo poco ético profesionalmente.
2. La Competencia Profesional:
Un aspecto importante de la ética profesional tiene que ver con la capacitación para un cargo y la posibilidad de su desempeño. Un profesional que mienta respecto a sus capacidades o que acepte a sabiendas un trabajo para el cual no está capacitado estará exponiendo a sus clientes a un riesgo. En todo caso, el profesional debe ser sincero sobre sus capacidades y dejar que el cliente elija correr o no el riesgo.
3. Rechazar Y Denunciar Sobornos:
Los sobornos y la búsqueda de atajos por parte de algunas personas es algo que no se debe permitir. Es necesario dejar claro que la integridad está por encima de cualquier suma de dinero que se ofrezca y que, además, es una falta de respeto a los valores de la profesión en cuestión.
4. Honestidad Financiera:
El ejercicio de una profesión a menudo involucra manejar el dinero de terceros, o asesorar a terceros respecto a sus bienes y finanzas, y a veces expone al profesional al manejo de dineros públicos. La ética profesional abarca también la honestidad financiera: el compromiso con la verdad a la hora de hablar de dinero. Por ejemplo, un profesional financiero que infla las cifras de su empresa para vender sus acciones, o que disimula sus ganancias para negarle impuestos al Estado actúa de manera poco ética.
5. Dar Buen Uso De Datos Personales:
Depende del rubro que se maneje, siempre llega información que podría ser sensible. Lo ideal es utilizar los datos que se tengan de la manera correcta y con base en los propósitos para los cuales fueron suministrados. Se pueden conseguir contactos o influencias y tampoco se deben aprovechar para fines ajenos a la actividad laboral.