Consejos Para No Caer En El Consumismo

Consejos Para No Caer En El Consumismo

En la actualidad estamos bombardeados por información: televisión, ordenadores, móviles, tables, anuncios en las calles…Si te paras un segundo, hay muy pocos momentos del día en los que no veas información o publicidad.
Y todo este bombardeo nos crea necesidades ficticias, que dicen que nos harán más felices, que, si tienes una casa más grande, un coche más grande o un armario más grande serás la persona más feliz del mundo. Y eso no es así.
1. La Importancia De Planificar Y Comparar:
El primer paso que deben realizar los consumidores es planificar el dinero que pueden destinar para estas fechas y elaborar listas con los productos que es necesario comprar de acuerdo con el presupuesto disponible. Una vez que sabemos de cuánto dinero disponemos para gastar en estos días de fiesta, el siguiente paso es comparar precios en diferentes establecimientos. Adquirir marcas blancas, más baratas que la mayoría de marcas comunes, es una buena manera de ahorrar sin necesariamente tener que renunciar a la calidad. Tampoco debemos olvidar que el periodo de rebajas comienza unos días después, por lo que probablemente podríamos adquirir los mismos artículos por un precio menor.
2. Consumir Lo Necesario:
No se trata de renunciar a los bienes materiales que nos pueden ayudar a satisfacer nuestras necesidades reales, sino a aquellos superficiales, redefiniendo así qué necesitamos de veras, y qué bienes o servicios son imprescindibles para nuestro día a día. Además, conviene tener en cuenta que muchas veces nos ayuda el “uso” de las cosas, no su “posesión”. Se puede compartir, alquilar, prestar, etc., antes que comprar. Un ahorro para nosotros y en recursos terrestres.
3. Dejar Las Emociones A Un Lado:
Para muchas personas, las compras compulsivas se pueden convertir en una adicción. En algunas ocasiones, se empieza por querer tapar ciertas emociones, como la tristeza. Si bien está demostrado que estas compras generan dopamina (la hormona del placer), hay gente que pierde el control.  Sentimientos negativos o sensaciones de aburrimiento, cansancio o tristeza provocan en la persona una tendencia a la huida mental. Pararse a pensar un momento y analizar lo que se está sintiendo es una forma de detener este peligroso hábito. Lo cierto es que la dopamina solo dura unas horas en el cuerpo, el efecto se pasa y deja a la persona con una sensación de vacío mayor.
4. Prioriza Los Productos De Comercio Justo:
Es importante tener en cuenta que para comprar productos tan económicos como los que nos encontramos hoy en día alguien tiene que sacrificar su salario. La mayor parte de productos que compramos están hechos por trabajadores que reciben una compensación económica que está muy por debajo de un salario digno. Por eso, es importante que nos informemos de las condiciones de los trabajadores que han participado en la producción y distribución del producto. La ventaja de los productos ecológicos y de proximidad es que la mayoría ya son de comercio justo, aunque no lleven el sello.
5. Elige Productos De Larga Vida Útil:
Elegir productos de calidad te hará ahorrar dinero a largo plazo y residuos al medio ambiente. Los productos están hechos cada vez de peor calidad para ahorrar costes y para crearte la necesidad de nuevo cuando el producto se te estropea. En casa de mi abuela sigue funcionando el primer frigorífico que compraron, cuando lo pienso me parece increíble. Ahora nos conformamos con neveras que duran 10 años, pero la tecnología para alargar su durabilidad siempre ha existido.
6. Escoge Los Productos Que Menos Residuos Generen:
Aunque este apartado está muy relacionado con el impacto ambiental que tiene un producto, creo que los residuos que genera merecen una mención aparte. Porque podemos pensar que el impacto medioambiental que tiene un producto se acaba una vez ha finalizado su fabricación, pero ¿qué ocurre con ese producto una vez en la tienda? ¿Qué envoltorios tiene? ¿Qué hacemos con él una vez acabada su vida útil? Si es un producto biodegradable sólo nos tenemos que asegurar de depositarlo en un contenedor específico para ello o de comportarlo nosotros mismos. Si está hecho de cualquier material que necesita una gestión especial, deberemos de informarnos dónde tirarlo para que no acabe en un vertedero. Reciclarlo será la mejor opción, pero también implicará otra tanda de procesos para su reciclaje que requieren de más agua, más energía, tal vez más materias primas y, en definitiva, más recursos para hacer que ese producto vuelva a tener una utilidad.