Cómo Manejar Tus Emociones Bajo Presión Laboral

Cómo Manejar Tus Emociones Bajo Presión Laboral

Las tensiones del día a día, las exigencias en el trabajo, los problemas económicos y la constante y creciente competencia, son aspectos que pueden llegar a alterar el estado emocional de los empleados. Podemos concluir que, cuando los ambientes no son favorables y se respira tensión entre los trabajadores, se genera una situación que repercute negativamente en el ámbito laboral, el desarrollo profesional y al final se ven directamente afectados los resultados y la productividad de la empresa.

Cada uno desarrolla, a lo largo de su vida, métodos de afrontamiento para manejar los momentos difíciles, pero por desgracia, no son siempre los más adecuados. (tabaco, alcohol, comida, etc.) Sabiendo eso, es favorable para una empresa que sus trabajadores tengan herramientas psicológicas y que adquieran habilidades para controlar sus emociones.


1. MANTENER LA CALMA:

Es lo primero que debes hacer. Los que les gusta trabajar bajo presión ya saben gestionar ese tipo de emociones, pero al resto de seres humanos, calmar los nervios cuando ya casi se han apoderado de nuestro cuerpo es una tarea muy complicada. Puedes probar a mantener acompasada la respiración o hacer algo que elimine el estrés y los nervios, como gritar o hacer deporte. Realizar cualquier cosa que nos pueda relajar es una buena opción así que no dudes y busca tu vía de escape.

2. ORGANIZAR EL TIEMPO:

En el mercado laboral actual las personas suelen cumplir múltiples tareas, lo cual desconecta al trabajador con lo que venía ejecutando. Por eso, es fundamental que organices el tiempo distinguiendo qué cosas son importantes y urgentes para realizarlas en la mañana, cuando la creatividad y productividad son mayores.

3. PENSAR DESDE EL CLIENTE:

Si trabajas en una empresa que comercializa productos o servicios, una forma de establecer qué tareas deben desarrollarse primero, es pensar desde las necesidades e intereses del cliente. Te dará una pauta sobre qué proyectos o responsabilidades tendrán el primer lugar de la lista, pues los clientes son la preocupación más profunda en este tipo de empresa.

4. ESCRIBIR RECORDATORIOS:

Los memorandos alivian la carga mental porque exteriorizas tus preocupaciones. Configura recordatorios en tu celular, anota citas o reuniones en tu agenda y busca soluciones a problemas que pueden presentarse, escribiéndolos para volver a ellas cuando lo necesites.

5. INTENTAR NO PENSAR EN LO QUE TE PREOCUPA:

De la misma forma que intentar no pensar en un oso polar blanco provocará que termines pensando en él por un efecto rebote, en estudios como este se ha demostrado que es muy difícil apartar las emociones de nuestra cabeza. En el caso de las personas deprimidas, a las que constantemente les asaltan pensamientos negativos, se ha comprobado que es totalmente contraproducente intentar suprimir esas ideas porque terminan regresando con más fuerza todavía.

6. LIBERAR LA TENSIÓN POR OTRAS VÍAS:

Hubo un tiempo en que se pusieron de moda las actividades para liberar emociones. Talleres donde la gente se reunía para llorar o eventos donde directivos agresivos se ponían a romper platos. Pues bien, resulta que los estudios psicológicos más recientes sugieren que este tipo de catarsis no funciona. Incluso puede ser negativa: sucumbir a la tentación de destrozarlo todo puede incrementar tu agresividad a corto plazo. Lo mismo ocurre con hacer ejercicio físico: aunque es bueno para tu corazón, no es capaz de tranquilizar tus emociones. Las emociones no están contenidas dentro de nuestro cuerpo y necesitan salir como si fuéramos ollas a presión. Lo que necesitan es ser comprendidas para evitar que nos hagan daño.

Saber lidiar con los imprevistos es un área que las personas nunca creen que es emocional, y que tiene que ver mucho con los trabajos, con las empresas, con la frustración con saber manejar correctamente la responsabilidad del cargo.

Como líder, siempre debes velar por el bienestar de los que tienes alrededor y la mejor forma de hacerlo es demostrando con tu propio ejemplo cómo deben y pueden manejarse nuestras relaciones laborales, desde el respeto y la comunicación asertiva.