A corto plazo, la procrastinación puede parecer el remedio perfecto para evadir el miedo al fracaso que supone afrontar la situación en cuestión. Sin embargo, a largo plazo, las consecuencias pueden llegar a ser bastante importantes e, incluso, interferir en la vida diaria de la persona.
Alguna de dichas consecuencias es: Aumento del estrés por la acumulación del trabajo. Además, disminuye el tiempo disponible para dedicarle a cada tarea. Disminución de la autoeficacia. La persona percibe que no es capaz de afrontar la tarea o que la calidad de su desempeño no es la adecuada o la que podría llegar a ser. Sentimiento de culpa por dejarlo para más tarde. Sensación de pérdida de tiempo.
1.La Regla De 2 Minutos:
La Regla de los 2 minutos nos dice que, si tenemos que llevar a cabo una actividad o tarea que nos lleve menos de ese tiempo, no deberíamos de dejarla para más tarde, sino que habría que hacerla ya, en ese momento. El tiempo puede extenderse un poco más, hasta los 5-10 minutosaproximadamente. Esta tarea no solo te permitirá exprimir el tiempo, sino que creará un hábito en ti: podrás crear una rutina que te hará más fácil el hecho de hacer tus tareas cotidianas.
2. Date Un Pequeño Empujón:
Si no eres capaz de iniciar una tarea, por los motivos que sean, puedes probar a hacerla durante solo 5 minutos a ver qué ocurre. Es posible que tengas miedo por algún motivo, y ese tiempo sea suficiente para que se desvanezca; quizá hasta te plantees seguir, ampliar el tiempo que le ibas a dedicar y quitártela ya de encima. A veces no hace falta más que eso: dar el primer paso. Quizá, al hacerlo, empezarás a ver las cosas de una manera diferente.
3. Evitar Distracciones:
Disminuir distracciones. Durante el tiempo que estemos realizando las tareas, disminuir la posibilidad de distracciones. Esto significa, no tener el móvil a mano, tener la televisión apagada, cuidar las condiciones ambientales para poder desempañar la tarea cómodamente, etc.
4. Cambia Tu Estado De Ánimo:
En un estudio de 2013, el Dr. Timothy Pychyl y sus colegas descubrieron que las personas postergan las cosas no necesariamente para evitar una tarea tediosa o abrumadora en sí misma,sino para evitar los sentimientos desagradables relacionados con dicha tarea. Cuando nos enfrentamos a comenzar un proyecto o incluso doblar la ropa, cedemos para sentirnos bien o hacemos algo que creemos que nos hará sentir mejor, como revisar Twitter o hacer garabatos. Un poco de procrastinación está incluso permitida, como limpiar nuestro escritorio antes de ponernos manos a la obra.
5. Establece Tus Objetivos:
Cuando tus objetivos son poco realistas o no están bien definidos, es más probable que termines procrastinando. Conocer el motivo que hay detrás de tu esfuerzo, te ayudará a vencer la tentación. La motivación es una fuerza muy potente, que te empuja a realizar esfuerzos para conseguir lo que deseas. En este sentido, es lo opuesto a la procrastinación, porque te anima a aplazar recompensas inmediatas para lograr recompensas mayores a largo plazo. A la hora de definir objetivos debes procurar que sean lo más específicos posibles. Los objetivos muy generales o amplios no resultan motivadores. Incluso pueden generar cierto malestar por percibirlos como demasiado lejanos o difíciles de alcanzar.