Hoy en día, estamos casi continuamente en contacto con nuestros compañeros de trabajo. Probablemente y sin prestarle demasiada atención, ya hayas saludado a algún compañero, tomado un café virtual con algún miembro del equipo remoto o enviado algún gif de un gatito en piyama al equipo, y está todo bien. A pesar de que con estas acciones sí te estás comunicando en el trabajo, hay una gran diferencia entre estos tipos de mensajes y las comunicaciones en el trabajo a las que nos referiremos.
Con las comunicaciones en el trabajo nos referimos a aquellas comunicaciones que tienes en torno a los pormenores del trabajo. Saber cuándo y cómo comunicarse de manera efectiva puede ayudarte a reducir la falta de comunicación, aumentar la felicidad del equipo, reforzar la colaboración y fomentar la confianza. Los equipos que saben cómo comunicarse de manera efectiva con respecto al trabajo están mejor preparados para enfrentar situaciones difíciles. Pero el desarrollo de los buenos hábitos de comunicación requiere de tiempo y esfuerzo.
1. Naturalidad:
Cuidado con tus posturas y movimientos, porque dicen mucho de ti. A la hora de comunicarnos con nuestro equipo o empleados, lo mejor es adoptar una postura lo más natural posible, que favorezca un ambiente y conversación agradables. Presta una atención especial a tus pies y piernas, no has de moverlos en exceso, tampoco abrir las piernas demasiado o meter las manos en los bolsillos. Es más, cuanto menos los muevas, mejor. Has de ofrecer una imagen de alguien seguro de sí mismo, tranquilo y confiado, por lo que has de mantener una respiración profunda y constante, con movimientos controlados.
2. Tus Gestos:
No hay que olvidar los gestos, claro está. Al igual que el movimiento del cuerpo puede expresar nuestro nerviosismo o tranquilidad, nuestra cara será el foco más importante de atención. Los expertos recomiendan prestar especial atención a nuestra mirada, que ha de expresar seguridad y decisión. Es importante siempre mirar a los ojos de nuestro interlocutor, sostener la mirada, que sea capaz de impactar a quien tenemos en frente. Eso denota seguridad y confianza en ti mismo y en el mensaje que quieres comunicar.
3. Un Tono De Voz Adecuado:
La voz es otro de los elementos a través de los cuales nos comunicamos y que refleja nuestro estado de ánimo y personalidad. Un tono de voz demasiado bajo cuando nos dirigimos a nuestro equipo puede denotar inseguridad en nuestras palabras e incluso miedo. Un tono demasiado alto se puede traducir en un exceso de autoridad. Lo ideal en una conversación con el equipo o en una negociación es variar el tono de tu voz según se vaya desarrollando la conversación, subiendo el tono para hacer mayor énfasis en algunos aspectos. Un buen consejo también es darles una mayor precisión a tus palabras separando algunas sílabas y apuntando con el dedo, para darle mayor contundencia al mensaje. Algo bastante habitual en la política, por ejemplo.
4. Erguido Pero Relajado:
Mantener una postura recta, con la espalda derecha y la cabeza alta (lo que también te permitirá verte unos centímetros más alto), pero sin llegar a parecer demasiado prepotente y tratando de ofrecer una imagen relajada. Con nuestro paso al caminar tenemos que tratar de ofrecer seguridad, confianza y también mando.
5. Contestar Preguntas:
Tal y como recomiendan los expertos en lenguaje corporal, se ha de evitar tardar demasiado en contestar a una pregunta, ya que denotará inseguridad. Tampoco tenemos que dar la sensación de estar escogiendo las palabras adecuadas para que regalarle a nuestro interlocutor lo que quiere escuchar. En la medida de lo posible, se han de evitar expresiones del tipo “Ahhhh”, “Mmmm”, que puedan transmitir nerviosismo e incluso inseguridad en nuestro mensaje. Antes de contestar, los expertos también recomiendan mirar hacia arriba, y evitar hacerlo hacia un lado o hacia abajo, ya que se puede interpretar como timidez o falta de confianza.