7 Pecados Capitales De Las Finanzas Personales
En el complejo mundo de las finanzas personales, es fácil caer en trampas comunes que pueden descarrilar tus objetivos financieros. Estos errores, a menudo provocados por impulsos emocionales o falta de conocimiento, pueden tener consecuencias significativas a largo plazo.
Para ayudarte a navegar por el camino hacia la estabilidad financiera, te presentamos los 7 pecados capitales de las finanzas que debes evitar.
Lujuria
Se entiende como el consumo desenfrenado por no saber diferenciar los deseos de las necesidades. Comprar por comprar sólo te lleva a la deuda, así que controla tus impulsos y no caigas en la tentación. El consumismo es un comportamiento claramente identificado por el daño en las finanzas personales. Cuando caemos en los vicios financieros de la lujuria, las emociones son un factor determinante. Nos enredamos en nuestras emociones negándonos a hacer los cálculos en nuestras propias vidas y medir las consecuencias.
Gula
No planificar, ni elaborar un presupuesto personal mensual que nos sirva de herramienta financiera para controlar y visualizar nuestros gastos, también tiene que ver con no ahorrar recursos disponibles, el despilfarro, malgastar insumos o servicios como alimentos, electricidad, agua, energía, combustibles etc.
Avaricia
La avaricia subordina cualquier deseo. El avaro considera el dinero como un fin, y ello hace que pase privaciones innecesarias, lastime gente con su accionar y hasta soporte humillaciones con tal de conseguirlo. El afán de ganar a toda costa o el negocio que te hará millonario rápidamente, coloca a muchas personas en condiciones susceptibles a estafas, engaños y grandes pérdidas patrimoniales. La avaricia atenta contra la calidad de vida de las personas que la sufren, que podrían tener una vida mucho más confortable y menos sufrida si pudiesen aprender a desprenderse de lo material para ponderar más el disfrute presente.
Pereza
La falta de interés en las finanzas y el conformismo son las trampas de este pecado, en el que la mayoría de la gente cae. Estos pecadores piensan que no importa cuánto se esfuercen, nunca obtendrán metas financieras y prefieren dejar su dinero a la desidia.
Soberbia
Creerse demasiado listo para manejar las deudas y pecar de confiado es un rasgo distintivo de este pecado. Quienes lo padecen generalmente se muestran reacios a pedir ayuda o aceptar consejos financieros, aunque estos vengan de los mejores analistas o consultores. En este caso, en el pecado está la penitencia, pues la soberbia financiera puede traer graves y dolorosas consecuencias, pues subestimar al mercado o los gastos te puede llevar a una caída dolorosa si no estás prevenido con algún plan de emergencia económica.
Envidia
Este pecado se caracteriza por desear lo que tiene el vecino y es uno que sin duda todos han experimentado más de una vez. Además de envidiar los resultados de inversiones ajenas, el salario y su disparidad son catalizadores de este pecado.
Ira
Hay quienes viven de compras y gastan hasta lo que no tienen. La ira llega cuando al revisar el estado de cuenta, los pecadores montan en cólera porque no pueden concebir que hayan gastado tanto y buscan siempre a quien culpar sin tomar en cuenta que el control de sus finanzas son exclusivamente su responsabilidad. (SG)
