Frases Que No Debes Decir En Una Reunión De Trabajo

Frases Que No Debes Decir En Una Reunión De Trabajo

La reunión es sin duda el lugar y el momento donde se concentran, en un solo punto, algunos de los mejores-peores malos hábitos de la gente. Como me gusta decir a mí: una reunión es una fiesta de malos hábitos. Las reuniones siguen siendo un agujero negro para muchas empresas y equipos de trabajo… que sin desaliento ase afanan por mejorarlas haciendo exactamente esto: Nada. Es de esos rincones que se prestan a la queja continua, a sufrir unas consecuencias que bombardean de forma continua, y que por si fuera poco afectan a muchas personas a la vez.
Claro que no todas las reuniones son un fracaso. Porque no todos los equipos son iguales. Y claro que hay personas que esto se lo toman en serio. Pero son todavía una absoluta minoría (muy minoría). La inmensa mayoría sigue en esa peligrosa ensoñación de que las reuniones salen gratis, que son «imprescindibles» (más bien necesarias, y solo algunas), y que se pueden arreglar «si todos ponemos de nuestra parte». ¿En serio?
  1. “Tu opinión no cuenta”
Esta frase es una de las que más daño puede hacer a cualquier equipo de trabajo. Si su opinión no cuenta, ¿qué hace en la reunión? Evidentemente, como miembro del equipo su opinión es tan valiosa como la de cualquier otro y al “lanzar” esa frase lo que estás haciendo es dañar la moral del equipo.
  1. “Veo que no has entendido nada”
Cuando dices esto, lo que realmente escuchan tus compañeros es un “eres estúpido”. Esto ocurre cuando hay una evidente falta de comunicación, seguramente por ambas partes. La calidad y la frecuencia adecuada de comunicación dentro del equipo evitará que existan malas interpretaciones, y así evitar formular frases como estas que pondrán a la defensiva al interlocutor.
  1. “Ese no es mi problema”
«Ese no es mi problema» es otra de las frases prohibidas en una reunión de trabajo. Si algo tratado en una reunión con tu equipo no es tu problema, ¿entonces cuál es? El trabajo en equipo no puede ser completo si todos y cada uno de sus miembros, empezando por el responsable, no se implica por completo con el grupo. No te “laves las manos” y ofrece todo tu apoyo al equipo para así mejorar el rendimiento de los empleados.
  1. “Esa idea es ridícula”
Ninguna idea es ridícula. Si lo piensas detenidamente, de todas ellas pueden derivar otras que realmente funcionen. Desechar así, tan categóricamente, una propuesta de un miembro de tu equipo tendrá efectos colaterales: por un lado, mermarás su entusiasmo y compromiso con el trabajo, y por otro lado creará un mal clima general en toda la reunión. No cohíbas al equipo.
  1. “¡De ninguna manera!”
La palabra “no” es el veneno de la creatividad e innovación empresarial. Y dada la velocidad con la que se mueve el mundo hoy en día, si una empresa es incapaz de adoptar esas cualidades, tendrá los días contados. Transforma ese “de ninguna manera” a un “hagámoslo” o, al menos, en un “tomémoslo en cuenta”. No te cierres a nada sin antes darle una oportunidad.  (SG)