La gratitud fomenta el verdadero perdón
Los días buenos te dan felicidad y los días malos te dan lecciones. Ambos son necesarios. Todas las cosas te han hecho avanzar, debes incluirlas en tu agradecimiento. Esto es especialmente cierto en las relaciones. Todas las personas que pasan por tu vida tienen algo que enseñarte. No tiene sentido condenar o arrepentirse de una lección de vida importante. Todo aquello que sucede en nuestras vidas lleva implícito un aprendizaje, incluso aquellas experiencias que resultaron dolorosas. El mejor remedio para ese dolor es, cuando llegue el momento, perdonar, y que mejor manera de hacerlo que expresando nuestro agradecimiento por el aprendizaje obtenido con un “gracias por esta experiencia”
No basta expresar gratitud, hay que vivirla
Lo más importante no es lo que dices, es cómo lo vives. No te límites a hablar de gratitud, practícala. No te límites a prometer, demuestra tu gratitud. Cada día tienes múltiples oportunidades de agradecer, hazlo.
La gratitud incluye devolver
Vivimos tan deprisa que apenas nos damos cuenta de que recibimos mucho más de lo que damos, y la vida no puede ser plena sin esa gratitud. Es importante no sobreestimar nuestros esfuerzos en comparación con lo que los demás hacen por nosotros. Si te detienes un instante comprobarás cuantas cosas dignas de agradecimiento suceden cada día a tu alrededor.
Despréndete del control
A veces damos demasiada importancia a controlar cada aspecto minúsculo de nuestras vidas, lo que nos hace perder el rumbo. Olvidamos que la vida es una gran aventura y no un viaje organizado. Aprende a dejarte llevar, relájate un poco y viaja por el camino por el que la vida te lleva. Experimenta algo nuevo, no tengas miedo, pero por encima de todo, sé tú mejor versión y siéntete orgulloso de ello. Limpiar tu vida de expectativas innecesarias te permitirá experimentar lo inesperado. Y las mayores alegrías de la vida son las que no se esperan. La vida debería ser vivida con más gratitud y menos actitud.
El mayor homenaje a las personas que has perdido no es el dolor, es la gratitud
Sólo porque algo no haya durado para siempre no significa que no fuera un regalo increíble. Muchos de los procesos más traumáticos de nuestra vida requieren de un periodo de duelo, pero una vez concluida esa fase, la mejor forma de abordar su recuerdo es el agradecimiento.
La gratitud se vive en presente
Párate y observa. Respira profundamente. Aquí y ahora. A menudo olvidamos que el mayor milagro no es caminar sobre el agua. El milagro más grande es caminar en esta tierra verde y viva en el momento presente, apreciarlo y sentirse completamente vivo. Haz paseos de gratitud, céntrate en las cosas que ves, en las que sientes. Aprecia el máximo de detalles de todo lo que te rodea. Hay más belleza en el camino de la que ningún destino te pueda ofrecer. El día que lo interiorizas comienzas a caminar como si besaras la tierra con tus pies. (SG)